miércoles, 28 de mayo de 2008

actividades solidarias

AGUA Y VIDA PARA TURKANA


Algunos beneficiarios de las bombas de agua

Uno de los objetivos prioritarios de Rotary Internacional son los recursos hídricos. El Club colabora con este proyecto desde hace años. La causa de la muerte de los animales es siempre la falta de agua para beber en las épocas de sequía que se suceden a lo largo del año.
Por ello se hace necesario encontrar medios que permitan mantener almacenada el agua de la lluvia durante las épocas secas, de manera que hombres y animales dispongan de tan esencial elemento para el desarrollo de la vida. Los Turkana se alimenta principalmente de la sangre, carne y leche de los animales, esto hace que sean totalmente dependientes de los mismos, y que por tanto, la sequía y su inmediato efecto, reducción de cabezas de ganado, tenga como repercusión en la población el Hambre.

La población nómada y seminómada tras observar el funcionamiento de las pequeñas presas hechas de piedra construidas en las montañas y ver que el agua permanecía en ellas durante la época de sequía, los ancianos de varios poblados han solicitado que se haga lo mismo en sus zonas. Las condiciones del terreno en la montaña son totalmente diferentes a las condiciones en la planicie. Por ello se decidió construir embalses artificiales al lado de los cauces de los ríos por donde pasa el agua cuando llueve, y así poder almacenar agua suficiente para que los animales beban durante meses.

El Distrito de Turkana está situado en el noroeste de Kenia que se encuentra aislada del resto del país por una cadena montañosa y el lago Turkan, de agua salada. Sus habitantes son en su mayoría pastores nómadas que viven de sus animales (cabras y camellos) y se alimentan de su carne, leche y sangre. Las sucesivas épocas de sequías han ido reduciendo los rebaños, siendo estos insuficientes para procurar el sustento de la familia. Las situaciones de emergencia han sido especialmente graves en 1997 y en 1999, con pérdidas de más del 60% del ganado.

La población de Turkana se encuentra en una situación de pobreza extrema, ya que su economía es sumamente frágil, y las sequías periódicas son seguidas de hambrunas y muerte de los sectores de población más débiles, que son los niños y los ancianos. Desde hace mucho tiempo el estilo de vida tradicional del pueblo Turkana pastores nómadas que pastorean grandes rebaños de ganado y otros animales en la sabana del noroeste de Kenya – se ha visto debilitado por las presiones políticas externas debido a que su capacidad de movilización se ha visto restringida por las fronteras impuestas arbitrariamente durante la época de la colonia y por la falta de ayuda de los gobiernos postcoloniales.

Actualmente la supervivencia misma de los Turkana, se ha visto cada vez más amenazada por poderosas fuerzas fuera de su control. El clima cada vez es más seco y esto ha desencadenado un conflicto entre los Turkana y sus vecinos, los cuales muchas veces son grupos armados externos que han inundado la zona con armas automáticas y que provienen del sur de Sudan y el norte de Uganda en donde han existido conflictos armados desde hace mucho tiempo.

Muy en línea con los modelos de cambio climático para África Subsahariana, las sequías en el norte de Kenya cada vez son más largas y frecuentes. Los Turkana les ponen nombres a estas sequías:

Kichutanak, comenzó en 1999 y ha continuado hasta marzo de 2005 con unas lluvias muy débiles y esporádicas. Kichutanak significa "la que ha barrido con todo hasta con los animales".

Longuensil: Los Turkana escasamente se han recuperado de la prolongada sequía anterior de cuatro años (1992-95)

Lopiar o "la que barrió con todo", y que duró dos años (1979-80)

Kimududu, que significa "la plaga que mató a los humanos y al ganado" (1970)

Namotor, que quiere decir "con los huesos expuestos" (1960)

Los Turkana están acostumbrados a manejar las sequías y la escasez de alimentos, pero debido a que las sequías son cada vez más frecuentes y prolongadas tienen menos oportunidades para recuperarse de las estaciones con pocas lluvias hasta que llega la siguiente sequía. También las lluvias son menos predecibles que en el pasado cuando se podía predecir - de acuerdo a las señales de la naturaleza que los Turkana podían interpretar dónde y cuándo iba a llover. Ahora, cuando las lluvias llegan estas pueden ser súbitas, violentas e impredecibles.

Los Turkana y otros grupos de pastores siempre han tenido problemas con el acceso al agua y a los pastos. Pero estos se han incrementado debido a la pérdida de los pastos y a la cada vez mayor escasez de agua. Como el nivel freático no ha aumentado, los humedales a los que los Turkana recurrían en tiempos de sequía se han secado; tanto así que hasta las aguas del lago Turkana se han disminuido.

Las disputas territoriales se han vuelto cada vez más comunes en la medida en que el lago se ha ido secando, borrando las características del paisaje que formaban los límites tradicionales entre grupos. Muchas de estas disputas han sido resueltas pacíficamente, pero cada vez que cualquiera de los grupos percibe que el otro ha roto un acuerdo, la voluntad de confiar y respetar al otro en el futuro se ve resquebrajada.

El hurto de ganado también está asociado a las sequías y este ha sido utilizado como una estrategia para recuperar las cabezas de ganado perdidas durante estas. Hace dos años, una alianza conformada por los Toposa de Sudan y los Dodoth de Uganda se llevaron un gran número de cabezas de ganado pertenecientes a los Turkana, lo que por supuesto desencadena nuevos ciclos de desestabilización.

Sin embargo, el marcado incremento en la violencia y los asesinatos está asociado a los cambios en la naturaleza del conflicto. Las armas y municiones son muy baratas y se encuentran en abundancia y las guerras en los países vecinos han conducido a una forma brutal de hurto del ganado que ha reemplazado a los hurtos ‘tradicionales’. Ahora los Turkana tienen que enfrentarse a bandas armadas y grupos rebeldes cuyos motivos son por lo general robarse el ganado para venderlo y obtener ganancias. Estos hurtos, a diferencia de aquellos hechos para recuperar las cabezas de ganado perdidas, son hechos en gran escala y son extremadamente violentos ya que no obedecen a las reglas tradicionales que trataban de imponer límites para frenar la violencia.

Como resultado de las sequías y la creciente inseguridad, los Turkana han pasado de un estado en que podían sobrellevar la situación la mayor parte del tiempo a uno en que la destitución y la vulnerabilidad a la hambruna es un riesgo permanente. La población Turkana se encuentra en una situación de pobreza extrema, ya que su economía es sumamente frágil, y las sequía periódicas son seguidas de hambrunas y muerte de los sectores de población más débiles, que son los niños y los ancianos. Esta situación determina una esperanza de vida inferior a los 50 años, con una mortandad de niños menores de 5 años de 220/1000.

La falta de agua afecta doblemente a la vida y la salud de la población de Turkana; por una parte carecen del preciado líquido para beber y mantener unas condiciones de higiene adecuadas, y por otro, no pueden cubrir las necesidades de sus animales, de los que se alimentan. La particularidad del terreno recomienda la excavación de presas en los lechos secos de los ríos. Lo que permite a los beneficiarios disponer de agua todo el año. Además mejorará la producción ganadera y permitirá la creación de huertos en las proximidades. Por todo esto el proyecto podría consistir en la construcción de 5 o 7 presas y la puesta en marcha de 500 o 700 bombas de agua a pedales, para las necesidades diarias más inmediatas.

Cabe destacar que esta acción forma parte del Plan de Desarrollo del Distrito de Turkana, promovido por el Gobierno de Kenia y en le que participan diversas Organizaciones No Gubernamentales.

El programa se inició en 1961 con la llegada de los primeros misioneros a la zona para atender a la población. La principal labor de los misioneros se centró en la distribución de alimentos. En una segunda fase, se iniciaron diversos proyectos de pesca, irrigación, proyectos de ganadería, artesanía, perforación de pozos de agua…

La construcción de embalses se enmarca dentro de un programa integral que prevé crear una infraestructura básica de los recursos acuíferos para obtener agua potable y abastecer a la totalidad del noreste de Turkana. En este proyecto integral se tiene prevista construcción de presas embalses, pozos artesianos, pozos poco profundos y cisternas en diferentes lugares del distrito.

La diócesis de Lodwar llevó a cabo mediados de los años ochenta un proyecto de gran envergadura para la perforación de pozos (230) en todo el distrito de Turkana, con el objetivo de paliar la escasez de agua para la población nómada y seminómada y su ganado. Desde entonces la MCSPA ha construido 40 embalses excavados en terreno arenoso, como el que nos ocupa, y otras 47 presas en las montañas, empleando roca para su construcción.

En todas estas actividades, el personal capacitado del Ministerio del Agua emplazado en Lodwar ha prestado ayuda crucial, supervisando los emplazamientos y ofreciendo asesoramiento técnico a todos los niveles.


EVOLUCIÓN DEL PROYECTO DEL CLUB MADRID-VELAZQUEZ

El Club colabora con este proyecto desde hace años, y durante el 2004, nos centramos en el tema del agua, consiguiendo ayudas por un importe que permitirán la construcción de 10 pequeñas presas, en colaboración con el Club Rotario de Vitoria.

En el año 2006 hemos contado con la ayuda del benefactor del Club Alberto Ballarín, para la construcción de una presa en Turkana (Kenia). Esta donación ha sido multiplicada gracias a la Fundación Rotaria de tal forma que hemos podido abordar la construcción de una gran presa, mucho mayor que las anteriores, que ya está en construcción.

También el Club mediante aportaciones de sus socios está colaborando con el Padre Fernando para la adquisición de bombas de agua-bicicleta, para ayudar a 47 familias a vivir, manteniendo sus huertos. Gracias a la donación del dinero del coste de estas bombas, por socios del club, familiares y amigos; se ha conseguido el dinero para la compra de las mismas.

Por otra parte, los hijos de una socia del club, viajan con frecuencia llevando medicinas y otros enseres.Es objetivo para el próximo año, aumentar el número de bombas, con la colaboración de otros rotarios.

Otro objetivo es el de mejorar las infraestructuras. El coste de las tuberías de riego, succión, transporte y distribución, se realizará con los fondos conseguidos a través de la subvención compartida (Club Rotario Vitoria/Club Rotario Madrid-Velázquez). El proyecto incluye dotar a la población con 500 bombas y 5 nuevas presas.

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